El sector manufacturero de EE.UU. se está fortaleciendo a medida que la demanda de los consumidores y los bajos niveles de inventario impulsan los nuevos pedidos.
El aumento de casos de Covid-19 y las posibles medidas de contención siguen siendo una clara amenaza para las perspectivas económicas pero, al igual que en Europa, es menos probable que este sector se vea afectado de manera adversa en relación con los servicios al consumidor, dice un informe de ING.
Si bien no es el evento más importante o incluso la publicación de datos más importante de esta semana, la fortaleza del informe del ISM (Institute Supply Management) es una señal muy positiva y subraya el sólido desempeño del sector al comienzo del trimestre.
El Ãndice subió a 59,3, el mejor resultado desde septiembre de 2018, muy por encima del consenso de 56,0 y la lectura de 55,4 de septiembre.
Los nuevos pedidos aumentaron a 67,9 desde 60,2 dejándolo en su nivel más alto desde 2004, mientras que la producción aumentó de 61 a 63.
Con los inventarios de los clientes que continúan disminuyendo, actualmente, en un mÃnimo de una década de 36,7, esto sugiere ganancias saludables en curso para los pedidos y producción en los próximos meses.
Esto, a su vez, deberÃa ser una buena noticia para el crecimiento continuo del empleo: el componente de empleo subió a su nivel más alto desde junio de 2019.
Sin embargo, hay que tener precaución.
En primer lugar, se trata de una encuesta de difusión, por lo que simplemente mide la proporción relativa de empresas que experimentan expansión o contracción.
No se sabe si las empresas están experimentando ganancias de producción del 100% o del 0,1%, solo que la actividad está aumentando.
Esta incertidumbre se refleja en la producción real medida por la Fed que todavÃa está muy por detrás de lo que sugiere el ISM.
El segundo punto es el aumento de casos de Covid-19 sigue siendo una amenaza para las perspectivas económicas.
El aumento de las tasas de infecciones y de hospitalizaciones está dando lugar a severas medidas de bloqueo en Europa y no se puede descartar que eso pueda suceder en EE.UU. en algún momento.
Sin embargo, las fábricas europeas permanecen abiertas en gran medida y las empresas del sector de servicios se ven mucho más afectadas.
Si los estados individuales de EE.UU. se sintieran obligados a actuar, tendrÃan una respuesta similar a Europa lo que permitirÃa que el sector manufacturero fuera relativamente resistente, particularmente con niveles de inventario tan bajos.